Si está preocupado por el equilibrio entre su vida laboral y personal, se está equivocando. Annastiina dice “Simplemente hay vida y su trabajo es parte de ella”. La Dra. Hintsa es directiva de su empresa de coaching y conoce de primera mano los riesgos de ver el trabajo y la vida como algo separado.
Hinsta advierte a los líderes sobre los efectos negativos de la pandemia que han sido duraderos, así como la construcción de estereotipos, estigmas y falta de atención en que los altos ejecutivos prioricen su bienestar.
El agotamiento es un efecto acumulativo de pequeñas cosas como falta de sueño, de relajación, cambios en los horarios de comida, etc. Sin embargo, el camino del bienestar ayudará a impulsar tu alto rendimiento y te ayudará a ser responsable de cuidarte y solo así poder seguir trabajando.
Todo comienza con el núcleo, la motivación de una persona para cambiar requiere llevar ciertas prácticas para llegar al bienestar. Estas son: hacer deporte, alimentarse sanamente, dormir bien, recuperarte de días pesados, ejercitar su mente y cuidar su salud general.
El sueño es un pilar fundamental para estar bien. Un ejecutivo comentó que por muchos años él se acostumbró a dormir 6 horas al día y que esto no afectaba su rendimiento. Por una semana, práctico dormir al menos 8 horas y se dio cuenta que esto le ayudó a ser mucho más consciente de su entorno y estar en sintonía con sus emociones y la de los demás. La falta de sueño afecta nuestra inteligencia emocional, creatividad y hasta capacidad para resolver problemas.
Con solo probar pequeños cambios de comportamiento, se puede marcar una diferencia positiva en nuestra vida. Muchas veces las personas de alto rendimiento se agotan porque abusan de sus fortalezas, como la resiliencia y capacidad de concentración y al hacerlo pierden las señales de advertencia que tu cuerpo necesita para recuperarse.
El estereotipo de un líder sobrehumano que trabaja 100 horas o más a la semana y al mismo tiempo forma una familia y hace deporte es erróneo y afecta nuestra percepción. La identidad de una persona no debe basarse en su desempeño laboral.
El bienestar es difícil de cuantificar y a menudo termina con un montón de iniciativas que no reciben la atención que se merece. Los líderes están obligados a detenerse, reflexionar y dar un paso atrás. Así como los atletas no pueden estar en modo de crisis todo el tiempo, las personas y los equipos no pueden estar rindiendo al máximo todo el tiempo. La necesidad de recuperación es importante para alcanzar un rendimiento óptimo.