Somos una generación con la oportunidad de reinventar la forma de trabajo. Recordemos los cambios históricos que han sucedido y nos han beneficiado como sociedad y aprovechemos esta oportunidad para cambiar nuestro futuro.
En el siglo XIX, con la Revolución Industrial pudimos ver un gran movimiento de los campos rurales a grandes fábricas construidas principalmente en Europa y Estados Unidos. En 1940, con la Segunda Guerra Mundial vimos una fuerte inclusión de las mujeres a la fuerza laboral. Para 1990, la explosión del uso de computadoras y correo electrónico, nos trajo un aumento en la productividad y rápida toma de decisiones. En este 2020, la pandemia COVID-19, impulsó a los empleados a trabajar fuera de las oficinas y quedarse en casa.
Este es el momento para aprovechar esta situación y crear nuevos modelos de trabajo buscando ser más eficaces. Para lograrlo, los empleados se deben afrontar a la creciente desconexión a nuestros equipos electrónicos y volver a conectar con nuestros compañeros de trabajo.
Los empleados no saben lo que quieren y están reevaluando sus relaciones con el trabajo
Recientemente se hizo una encuesta a ejecutivos de alto nivel y se pudo ver que tres cuartas partes de ellos esperaban que sus empleados regresarán a las oficinas al menos tres días de la semana. Por otro lado, también se ha concluido que los empleados mencionan ser más eficientes trabajando en casa.
Se encuestaron a 5,000 empleados y ellos mencionaron disfrutar el trabajo en casa pero que esto ha generado estrés y fatiga por los problemas relacionados. Se les dificulta desconectarse del trabajo a tiempo y existe un deterioro social y debilitamiento de pertenencia a su empresa.
Las consecuencias de la pandemia han sido un trabajo difícil para todos. Hemos pasado desde cambios en las formas de trabajo, problemas de salud, pérdida de personas cercanas y ansiedad social. Pero también hemos visto cambios positivos como la reconexión con nuestra familia y con nosotros mismos.
La mayoría de empleados afirman que prefieren un modelo de trabajo más flexible en el futuro y así poder reevaluar sus relaciones con otros empleados. Es posible que esto traiga un menor compromiso y falta de voluntad para trabajar más horas fuera de su horario y ese es el reto al que los líderes se enfrentan.
Los empleados subestiman la desconexión
Cuando se les hacen preguntas a los empleados acerca de los días que van a regresar a las oficinas, se piensa que este regreso va a ser inmediato y de la misma forma como estábamos acostumbrados antes de la pandemia. Sin embargo, debemos entender que tendremos una nueva normalidad, poco parecida a nuestro pasado y que va a perdurar por muchos años.
Muchos empleados están rotando de sus empresas con mayor frecuencia que antes. En Estados Unidos, el 26% de los trabajadores se están preparando para buscar nuevas oportunidades y el 40% de los trabajadores a nivel mundial están considerando dejar sus empleos actuales antes de que termine el año.
La consecuencia del gran anhelo por regresar a las oficinas podrá convertirse en desilusión cuando los empleados se den cuenta que siguen estando cansados y que todavía seguiremos con incertidumbre y dolor sin resolver.
Las empresas no saben lo que viene después
Muchos líderes se han dedicado a descubrir ingeniosas formas de mantener la productividad en sus empresas y cuidar la fuerza laboral. Sin embargo, el modelo híbrido será otro reto por ser completamente nuevo y sin experiencia.
Habrá que plantearse una serie de preguntas como: ¿Cuáles son los trabajos más sencillos de elaborarse en línea y cuáles en casa?, ¿Cómo ser equitativos entre los trabajadores en casa y los que trabajen en línea?, ¿Con qué frecuencia deberán reunirse los equipos cuando se esté realizando un proyecto?, ¿Cómo llevar una comunicación eficaz?
El COVID-19 también ha traído la construcción de nuevas relaciones. Durante la pandemia, el 39% de los empleados luchó por mantener una fuerte conexión con los colegas a través de redes sociales. Esta es otra de las razones para que los líderes deberán desarrollar una forma de trabajo híbrida.
Para complementar los métodos tradicionales, los líderes deberán predicar con el ejemplo al mostrar que la retroalimentación y las expresiones de vulnerabilidad serán bienvenidos en la empresa. Se recomienda visitas guiadas para los nuevos empleados, sesiones de preguntas, sesiones de retroalimentación y compartir historias personales que hagan sentir a los empleados con más pertenencia.
El diseño de los espacios de oficina jugará un papel clave para lograr una colaboración positiva y mejor conexión entre empleados. Para cubrir las necesidades de la nueva normalidad, habrá que entender los métodos de trabajo del empleado y brindarles flexibilidad y colaboración en sus actividades.
Negar a desconexión no es una estrategia
Si los lideren no aceptan el hecho de que no conocen la forma del futuro híbrido, su talento seguirá saliendo por la puerta de sus empresas. Al contrario, los líderes deben aprovechar esta situación para generar un cambio en el trabajo y crear relaciones más cercanas y transparentes, donde los empleados estén abiertos a la curiosidad, respeto y voluntad de una nueva forma de trabajo